En el punto norte de la isla, dos exploradores ingleses descubrieron la Cueva de la Flor Animal en 1780. Basándose en las pintorescas anémonas de mar encontradas en las cámaras de esta cueva, la nombraron Cueva de la Flor Animal. Su entrada se encuentra a unos 1,8 metros sobre el nivel del mar y tiene escaleras de coral y varias cámaras, en las que los visitantes, cuando el clima es normal, pueden ver agua cristalina y perfectamente quieta.

