Un verdadero pedazo de paraíso en la costa albanesa es Ksamil. Ubicado en el sur, cerca de la frontera con Grecia, este pequeño pueblo es absolutamente imprescindible. Hermosas playas de arena blanca, pequeñas islas a distancia de natación, restaurantes que sirven cocina local y gente local amigable se asegurarán de que disfrutes tu visita.